En una velada única , Achaval Ferrer deslumbró a periodistas, sommeliers y amantes del buen vino con el lanzamiento de su nueva cosecha de la trilogía Achaval Ferrer Fincas. Esta colección de tres malbec single vineyards, procedentes de viñedos centenarios, incluye el Achaval Ferrer Finca Bella Vista (plantado en 1910), el Achaval Ferrer Finca Mirador (plantado en 1921) y el Achaval Ferrer Finca Altamira (plantado en 1950).
Gustavo Rearte, Director de enología, al ser consultado sobre la bodega menciona: “La ideología de Achaval Ferrer consiste en interpretar lo que los viñedos quieren expresar y llevarlo a la botella de la forma más pura, una búsqueda constante de la perfección en la expresión”; y agrega: “soy parte de este proyecto desde hace más de una década, algo que me llena de orgullo y tener la posibilidad de degustar hoy cosechas antiguas de estos tres viñedos, es la forma más reveladora de experimentar la evolución del Malbec, su potencial, su riqueza y su nobleza, el camino perfecto para que cada añada revele el alma de cada uno de ellos”.
Masterclass en el Museo Nacional de Bellas Artes
Para dar inicio a la noche, los invitados disfrutaron de una Masterclass guiada por Gustavo Rearte, Director de Enología de la bodega, y moderada por Andrea Donadío, Mejor Sommelier argentina 2022. Durante la experiencia, pudieron degustar los nuevos ejemplares, apreciar su evolución respecto a cosechas anteriores y sumergirse en los secretos de las viñas centenarias a través de obras cinematográficas dirigidas por Mariano Cocolo.
Una Masterclass, una experiencia técnica de degustación, permitió a cada asistente explorar las particularidades de cada vino. Cada flight presentaba 3 cosechas diferentes de cada viñedo, brindando una experiencia única e informativa.
Por su parte Julio Lasmartres, Gerente General de Achaval Ferrer, hizo mención de la importancia de llevar adelante este lanzamiento en el Museo, agradecido con la institución mencionó: “Su historia, la solemnidad e importancia en el Arte Nacional que representa el Museo Nacional de Bellas Artes, resultaba el escenario perfecto para presentar la nueva edición de Achaval Ferrer Fincas Malbec Cosecha 2020, la trilogía icónica de la bodega que rinde homenaje a la Tierra, la Historia y el Legado que traen consigo estos viñedos con más de 100 años de historia”.
Los Malbec más aclamados del mundo con Achaval Ferrer
Bodega, apasionada por elaborar vinos argentinos de clase mundial, produce los Malbec mendocinos más aclamados por la crítica internacional, provenientes de viñedos centenarios. Esta exclusiva colección estará disponible en la tienda online de Achaval Ferrer y en las principales vinotecas y restaurantes de todo el país a partir del 15 de abril de 2024 a un precio de $145.000 cada ejemplar .
Con un precio sugerido de $145.000 por ejemplar, estas joyas enológicas han sido cuidadosamente distribuidas en 35 países, con los principales mercados en Argentina, Estados Unidos, China y España, que concentran el 70% de las cajas. Para el mercado argentino, se destinará una producción limitada de botellas de cada ejemplar: Achaval Ferrer Finca Bella Vista (2.270 botellas), Achaval Ferrer Finca Mirador (1.410 botellas) y Achaval Ferrer Finca Altamira (2.320 botellas).
Mariano Cocolo, reconocido director de fotografía y cine, nacido en Mendoza y ganador de importantes menciones en Festivales de Cines: Cannes-Francia y Argentina al ser consultado por su trabajo comentó, “Achaval Ferrer, necesitaba transmitir de forma especial el mensaje de sus viñedos centenarios, mostrar algo de manera técnica y artística que plasme belleza sin traicionar el contexto, y para nosotros el desafío fue poner el foco en el trabajo de todo un año, no solo en la vendimia” y agrega: “era crucial entender que íbamos a retratar tres lugares con ubicación, clima y suelos diferentes y lo que intentamos plasmar de cada uno de ellos se traduce a los sentidos, intervenir en segundos algo que se da de forma paulatina a lo largo de un año, el estado de cambio de los elementos; agua que se evapora, vides que cambian el paisaje, la transformación de la uva en vino y como se traduce el trabajo del hombre a lo largo del año en diferentes momentos del día y todos esos elementos transmitirlos fotográficamente a través de la cámara; en síntesis quisimos llevar las emociones a los sentidos en diálogo con los guardianes de esos tesoros”.
Una noche memorable en la que el Museo Nacional de Bellas Artes se convirtió en el escenario perfecto para fusionar historia, arte, conocimiento y vino.